Branding como Dios manda
Cuando pensamos en grandes marcas nos vienen a la mente clásicos como Coca-Cola, Apple, Google, Amazon… Pero si hacemos un zoom-out en la historia, estas empresas son sólo unas novatillas al lado del peso pesado del que hablaremos hoy. Así es, toca case study: La Iglesia Católica.
Jesús, el coach de los nazarenos, el entrepreneur de lo espiritual, consiguió abrirse paso entre la competencia y conectar con su público. Recogió la propuesta de valor del judaísmo, la vida eterna tras la muerte, y llegó a convertirse en el mayor influencer de la historia. Y, al igual que las celebrities, su muerte le convirtió en leyenda.
Más de 2000 años de trayectoria no son fruto del azar y los caminos de su branding son inescrutables, pero vamos analizar algunos aspectos:
Identidad visual.
Como marca posee el logotipo más reconocible y reproducible que se haya diseñado, y, aunque en algún momento de su historia sí que ha sucumbido a tendencias y modas, ha sobrevivido bien hasta nuestros días sin necesidad de un restyling.
Brand Community.
Por su parte los prescriptores de la Iglesia, sus propios empleados, desde obispos a sacerdotes, convierten sus “productos” (el perdón de los pecados, los sacramentos, bendiciones, bulas…) en una total experiencia de marca, donde la comunidad está en el centro de todo.
También participan en la fidelización los brand ambassadors (véase la Madre Teresa de Calcuta, por ejemplo), personalidades con credibilidad y confianza entre el público objetivo que promueve y ayuda a dar visibilidad al mensaje.
Expansión.
Su expansión internacional fue posible gracias a una idea de negocio escalable, muy interesante para inversores extranjeros. Su red de franquicias experimentó un crecimiento exponencial conservando su esencia, sabiendo implantar la marca con coherencia y adaptándose a su vez al contexto de los diferentes países.
Cabe destacar las diferentes collabs con artistas de renombre en sus campañas de comunicación, así como en el diseño de sus puntos de distribución. La buena y larga relación con este tipo de autores ayudó a viralizar su mensaje.
Situación actual.
A pesar de su larga trayectoria llena de éxitos, con el paso de los años la apuesta por una estrategia de marca omnipresente ha llevado a la Iglesia católica a difuminar su mensaje y se oye hablar de crisis, al no ser capaz de conectar con nuevos públicos y atender la demanda del mercado.
Su actual CEO, el papa Francisco, trata de promover un cambio en la situación actual, poniendo el foco en la RSC, bajo el slogan ‘el papa de los pobres’ e intentando aprovechar los medios digitales cada vez más. No sabemos si esto será suficiente, tal como dice su publicista «en una institución tan grande, siempre hay encuentros y desencuentros.»
¿Conseguirá la Iglesia conectar con los millenials? No sabemos si llegaremos a comprobarlo, pero haremos otra review, si Dios quiere.
